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TERCERA TEMPORADA 2024. OFUNAM
Programa 7 extraordinario. Leonidas Kavakos
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Richard Wagner (1813-1883)

     Preludio y muerte de Isolda, de Tristán e Isolda

Piotr I. Tchaikovski (1840-1893)

     Obertura-fantasía Romeo y Julieta

Johannes Brahms (1833-1897)

      Concierto para violín en re mayor, Op. 77

    

Sylvain Gasançon, director titular

Leonidas Kavakos, violín

​29 de noviembre, 2024.      20:00 horas

30 de noviembre, 2024.      20:00 horas​

Sala Nezahualcóyotl. CCU

$1,500.00          $900.00          $600.00

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TERCERA TEMPORADA, Programa extraordinario. Leonidas Kavakos

Programa extraordinario. Leonidas Kavakos.

Richard Wagner, Piotr I. Tchaikovsky, Johannes Brahms

Una cita inolvidable con la música: Leonidas Kavakos y la OFUNAM.

La OFUNAM tiene el honor de presentar un concierto extraordinario que quedará grabado en la memoria de todos los asistentes. Por primera vez en su historia, el renombrado violinista griego Leonidas Kavakos se unirá a la orquesta universitaria, deslumbrándonos con su virtuosismo único y el inigualable sonido de su Stradivarius. En esta ocasión, interpretará el majestuoso Concierto para violín de Johannes Brahms, una obra cumbre del repertorio romántico.

El programa, cuidadosamente diseñado, promete una velada emocionante. Abrirá con el conmovedor Preludio y muerte de Isolda de Richard Wagner, un poema sinfónico que nos transportará al drama y la pasión del amor eterno. Posteriormente, la mágica Obertura-fantasía Romeo y Julieta de Piotr I. Tchaikovsky, una obra que encapsula la intensidad de uno de los romances más célebres de la literatura.

La batuta estará en manos del talentoso Maestro Sylvain Gasançon, director titular de la OFUNAM, cuya interpretación siempre añade profundidad y frescura al repertorio sinfónico.

No te pierdas este evento único, organizado con el apoyo del Patronato y la Sociedad de Amigos de la OFUNAM, en colaboración con la Dirección General de Música de la UNAM.

Un espectáculo imperdible para los amantes de la música clásica. Acompáñanos a ser parte de la historia de la OFUNAM y déjate maravillar por la grandeza de este encuentro musical.

¡Consigue tus boletos y vive esta experiencia incomparable!

AMIGOS DE LA OFUNAM – Compartiendo la Pasión por la Música.

RICHARD WAGNER (1813-1883). Preludio y muerte de Isolda. Duración aproximada: 17 minutos.

Richard Wagner: El Arquitecto del Drama Musical.

Richard Wagner fue un compositor alemán cuya influencia en la música del siglo XIX, particularmente en el ámbito operístico, resulta innegable. Wagner es célebre por haber desarrollado el concepto de Gesamtkunstwerk o "obra de arte total", que busca la integración armónica de la música, la poesía, la escenografía y la dramaturgia en una experiencia artística unificada.

Una de las características más sobresalientes de la música de Wagner es el uso del Leitmotiv, un motivo musical recurrente que se asocia con personajes, objetos o ideas, proporcionando cohesión narrativa y profundidad emocional a la ópera. Las composiciones wagnerianas se distinguen por su complejidad estructural, su armonía avanzada y una orquestación rica y expansiva, que desafía y expande los límites del lenguaje musical de su tiempo. Las óperas de Wagner, conocidas como "dramas musicales", se caracterizan por su grandiosidad, intensidad emocional y ambición, ofreciendo una experiencia inmersiva y profundamente significativa.

Richard Wagner vivió en un período de intensa agitación política y social en Europa, y sus composiciones y escritos reflejan en gran medida este entorno turbulento. Conocido por sus opiniones nacionalistas y antisemitas, Wagner se convirtió en una figura controvertida, y su legado ha sido objeto de debate. Sin embargo, su influencia en la música es innegable. Wagner fue un ardiente defensor del nacionalismo alemán, y su obra a menudo explora temas mitológicos y heroicos que exaltan el espíritu germánico. Además de su impacto en la música, su influencia se extendió a la filosofía, la literatura y las artes visuales.

Un aspecto crucial de su contribución a la música fue su papel en la evolución del teatro operístico. Wagner diseñó el teatro de Bayreuth, un espacio concebido específicamente para la representación de sus obras, que permitió una experiencia auditiva y visual óptima.

Wagner es una figura central en la historia de la música occidental, y su enfoque innovador del drama musical y su capacidad para expandir las fronteras del lenguaje musical han dejado una marca indeleble. A pesar de que su legado está empañado por sus ideas políticas, su impacto artístico sigue siendo monumental.

Obras Principales

  • "Der Ring des Nibelungen" (El Anillo del Nibelungo, 1876): Una tetralogía monumental compuesta por Das Rheingold, Die Walküre, Siegfried y Götterdämmerung. Es considerada una de las obras más ambiciosas y completas en la historia de la música.

  • "Tristan und Isolde" (1865): Esta ópera representa un punto de inflexión significativo en la música occidental, destacándose por su innovador uso de la armonía y su expresión emocional profunda.

  • "Parsifal" (1882): Un drama sacro que aborda temas de redención y espiritualidad, basado en la leyenda del Santo Grial.

"Preludio y Muerte de Amor de Isolda" de Richard Wagner: Una Obra Maestra del Romanticismo Operístico.

"Preludio y Muerte de Amor de Isolda" es una pieza emblemática del compositor alemán Richard Wagner, extraída de su ópera Tristan und Isolde (1865). Esta obra destaca por su innovador uso de la armonía, su profundidad emocional y su capacidad para expresar el sufrimiento y la trascendencia del amor.

Wagner emplea una armonía altamente avanzada y cromática que desafía las convenciones tonales de su tiempo. El uso del acorde de séptima disminuida, conocido como el "acorde Tristan", es fundamental para la atmósfera de la obra, contribuyendo a un sentido de anhelo y tensión irresoluta. El "Preludio" es famoso por su capacidad para transmitir la angustia y el deseo de los personajes, estableciendo un estado de ánimo introspectivo y profundo. La "Muerte de Amor de Isolda" es igualmente conmovedora, presentando la culminación del amor trágico y la muerte de la protagonista como una experiencia sublime y trascendental.

La orquestación de Wagner es rica y colorida, utilizando el pleno potencial de la orquesta para crear una textura musical densa y multifacética. Los motivos recurrentes y el desarrollo temático son esenciales para la cohesión y la narrativa de la obra.

La obra se estrenó e1 10 de junio de 1865 en el Teatro Nacional de Munich, bajo la dirección de Hans von Bülow, y marcó un punto de inflexión en la historia de la música. La obra es un hito del romanticismo, y Wagner la concebió como un vehículo para explorar temas profundos de amor, muerte y redención. La ópera refleja la influencia de la filosofía idealista y el pesimismo romántico de la época.

El contexto histórico de la obra está inmerso en una atmósfera de agitación cultural y política en Europa. Wagner, cuya vida estuvo marcada por el nacionalismo y la controversia, encontró en Tristan und Isolde un medio para expresar sus ideas sobre el amor y la tragedia, rompiendo con las convenciones del teatro musical de su tiempo.

"Preludio y Muerte de Amor de Isolda" es una de las piezas más influyentes de Wagner y un ejemplo paradigmático de su habilidad para fusionar la música y el drama. La obra ha sido objeto de un extenso análisis y estudio, y sigue siendo una parte fundamental del repertorio operístico, destacándose por su originalidad y profundidad emocional.

1. El "Preludio" es una introducción orquestal que establece el tono emocional de la ópera. Comienza con un tema melancólico y profundamente conmovedor, utilizando el "acorde Tristan" para crear una atmósfera de tensión y anhelo. El preludio explora la complejidad de los sentimientos de Tristan e Isolda, construyendo un clímax emocional que prepara al oyente para el desarrollo dramático que sigue. La orquestación es rica y envolvente, con un uso innovador de la armonía que desafía las normas tonales tradicionales y crea un sentido de inquietud y expectativa.

2. En la "Muerte de Amor de Isolda", la música acompaña el momento culminante de la ópera, donde Isolda enfrenta su muerte. Este movimiento es una de las expresiones más conmovedoras del amor trágico en la música, mostrando la transformación del sufrimiento en una experiencia trascendental y redentora. La orquestación es extremadamente expresiva, destacando la lucha interna de Isolda y su eventual rendición al amor eterno. La música en esta sección refleja el conflicto y la resolución final de la trama, proporcionando una conclusión poderosa y emotiva a la historia.

"Preludio y Muerte de Amor de Isolda" sigue siendo una obra esencial en el repertorio operístico, apreciada por su capacidad para fusionar la música con la narrativa dramática de manera innovadora. La profundidad emocional y la complejidad musical de esta pieza la establecen como una obra maestra del romanticismo operístico, mostrando la habilidad de Wagner para explorar los temas más profundos del amor y la muerte a través de la música.

La OFUNAM interpretó esta pieza por primera vez el 30 de julio de 1937 en el Anfiteatro Simón Bolívar bajo la dirección de José Rocabruna. La ocasión más reciente en que se interpretó fue el 22 y 23 de junio de 2019, en la Sala Nezahualcóyotl, bajo la dirección de Sylvain Gasançon.

PIOTR ILLICH TCHAIKOVSKY (1840-1893). Obertura Fantasía Romeo y Julieta. Duración aproximada: 19 minutos.

Piotr Ilich Tchaikovsky: Pilar del Romanticismo Musical

Piotr Ilich Tchaikovsky se erige como una figura trascendental en el Romanticismo ruso. Su obra es reconocida por su intensa expresividad emocional, melodías líricas y una orquestación magistral. Tchaikovsky supo amalgamar con destreza elementos de la música folclórica rusa con las formas clásicas europeas, creando un estilo que es, simultáneamente, profundamente nacionalista e inconfundiblemente internacional.

Uno de los rasgos más distintivos de su música es su habilidad para evocar una vasta gama de emociones, que abarcan desde la pasión y la desesperación hasta la alegría y el triunfo. Sus melodías, a menudo cargadas de intensa emotividad, se ven enriquecidas por una orquestación densa y colorida, lo que confiere a su obra una profundidad emocional única.

Tchaikovsky vivió en una época de profundos cambios sociales y culturales en Rusia. Fue testigo de la transición del Imperio Ruso hacia la modernidad, un período caracterizado por tensiones entre las tradiciones nacionales y la creciente influencia occidental. Aunque sus primeras obras fueron recibidas con críticas mixtas en su tierra natal, Tchaikovsky logró un reconocimiento considerable en Europa y América, consolidándose como uno de los compositores más destacados de su tiempo.

Su vida personal estuvo marcada por tormentos internos, incluyendo una crisis emocional profunda vinculada a su homosexualidad, en un contexto social extremadamente conservador. Este sufrimiento personal se refleja en el tono melancólico y a menudo trágico de algunas de sus obras más célebres.

El legado de Tchaikovsky en la música clásica es inmenso. Sus ballets, sinfonías y conciertos constituyen piedras angulares del repertorio orquestal y han dejado una huella profunda en la música del siglo XX. Su capacidad para fusionar melodías memorables con una sólida estructura sinfónica lo sitúa entre los compositores más interpretados y admirados de todos los tiempos.

Algunas de sus Obras Principales

  • El Lago de los Cisnes (1877) : Uno de los ballets más icónicos, conocido por su sublime belleza melódica y su rica carga emocional.

  • Sinfonía No. 6 "Patética" (1893): La última sinfonía de Tchaikovsky, refleja su tormento personal, especialmente en su conmovedor Adagio.

  • El Cascanueces (1892): Este ballet se ha convertido en una tradición navideña, destacado por su vibrante "Danza del Hada de Azúcar".

  • Concierto para piano No. 1 (1875) : Una obra emblemática en el repertorio de conciertos, célebre por su dramático inicio.

Tchaikovsky sigue siendo una figura central en la música clásica, y su obra continúa emocionando e inspirando a audiencias de todo el mundo, asegurando la perpetuidad de su legado a través de las generaciones.

 

Obertura-Fantasía "Romeo y Julieta" de Piotr Ilich Tchaikovsky: Una Obra Maestra del Romanticismo

La "Obertura-Fantasía Romeo y Julieta" es una de las composiciones más reconocidas de Piotr Ilich Tchaikovsky (1840-1893). Esta obra orquestal, basada en la célebre tragedia de William Shakespeare, es un claro ejemplo de la habilidad de Tchaikovsky para traducir el drama literario en música sinfónica. Compuesta en 1869 y revisada en 1870 y 1880, la obra se caracteriza por su riqueza emocional, melodías apasionadas y una sofisticada estructura formal que combina elementos de la sonata con una narrativa programática.

La obra es especialmente conocida por sus tres temas principales: el tema de la lucha, que refleja la confrontación entre los Montesco y los Capuleto; el tema del amor, que simboliza la unión trágica entre Romeo y Julieta; y el tema del destino, que presagia el desenlace fatal de la historia. La orquestación es rica y expresiva, destacando el uso de las cuerdas, los alientos y los metales para evocar las distintas emociones y situaciones dramáticas.

La "Obertura-Fantasía Romeo y Julieta" fue concebida en un período de transición tanto en la vida personal de Tchaikovsky como en la historia de Rusia. El compositor, aún en sus primeros años de carrera, estaba buscando un estilo propio y una voz única en el ámbito de la música clásica. La influencia del nacionalismo ruso, así como el creciente interés por la literatura europea, jugaron un papel crucial en la formación de su identidad musical.

La obra fue compuesta bajo la guía de Mili Balakirev, un importante mentor para Tchaikovsky, quien le sugirió la idea de crear una obertura basada en la obra de Shakespeare. La primera versión de la pieza no fue bien recibida, pero después de varias revisiones, la versión final estrenada en 1880 fue aclamada y se convirtió en una de las obras más interpretadas y queridas del repertorio sinfónico.

La versión revisada de la "Obertura-Fantasía Romeo y Julieta" fue estrenada el 1 de mayo de 1886 en Tbilisi, Georgia, con la dirección de Mikhail Ippolitov-Ivanov al frente de la Orquesta del Teatro de la Ópera de Tbilisi. Aunque la obra es puramente orquestal y no cuenta con un solista, la interpretación destacada de la orquesta bajo la dirección de Ippolitov-Ivanov fue fundamental para consolidar el éxito de esta versión definitiva.

La "Obertura-Fantasía Romeo y Julieta" se desarrolla en una única estructura continua que, sin embargo, puede ser dividida en secciones que corresponden a distintos aspectos de la narrativa de la obra de Shakespeare:

 

  1. Introducción (Andante non tanto quasi Moderato):  La obra comienza con un solemne tema de coral interpretado por los clarinetes y fagotes, representando al fraile Lorenzo, cuya intervención busca traer paz a las familias rivales. Este tema sereno establece un contraste con la tensión y el conflicto que se desarrollará más adelante.

  2. Tema de la Lucha (Allegro giusto): Tras la calma de la introducción, irrumpe el tema de la lucha, caracterizado por una energía agresiva y conflictiva. Las cuerdas y los metales dominan esta sección, simbolizando el odio y la violencia entre los Montesco y los Capuleto. Este pasaje es agitado y turbulento, reflejando la intensidad de los enfrentamientos familiares.

  3. Tema del Amor (Andante cantabile): Uno de los momentos más memorables de la obra es la aparición del tema del amor, una melodía lírica y apasionada que se asocia con los protagonistas, Romeo y Julieta. Interpretado principalmente por las cuerdas y los alientos, este tema expresa la pureza y la intensidad de su amor, aunque está constantemente acompañado por un tono subyacente de tristeza y melancolía.

  4. Desarrollo y Reexposición: Tchaikovsky desarrolla los temas introducidos anteriormente, explorando sus variaciones y confrontándolos entre sí. El tema de la lucha reaparece con una mayor intensidad, creando un choque directo con el tema del amor, lo que refleja el inevitable conflicto entre los sentimientos personales y las circunstancias externas.

  5. Coda (Presto): La obra culmina en una coda dramática, donde el destino trágico de los amantes se hace inevitable. El tema del amor, ahora transformado en un lamento, se escucha por última vez antes de ser abruptamente cortado por los acordes finales. La orquesta completa se une para crear un clímax poderoso que deja una impresión duradera de la tragedia y el sacrificio.

 

La "Obertura-Fantasía Romeo y Julieta" de Tchaikovsky es un ejemplo perfecto de cómo la música puede capturar la esencia de una obra literaria y trasladarla al ámbito sinfónico. La obra es una de las más interpretadas en el repertorio orquestal y sigue siendo un punto de referencia en la exploración del drama romántico en la música.

La OFUNAM interpretó esta maravillosa obra por primera ocasión el 7 de noviembre de 1940 en el Anfiteatro Simón Bolívar bajo la dirección de José F. Vásquez. La ocasión más reciente en que se presentó por parte de la agrupación universitaria fue el 29 de febrero y 1 de marzo de 2020 en la Sala Nezahualcóyotl bajo la dirección de la Maestra Catherine Larson-Maguire.

JOHANNES BRAHMS (1833-1897). Concierto para violín Duración aproximada: 40 minutos.

Johannes Brahms: El Custodio del Clasicismo Romántico.

Johannes Brahms se erige como una de las figuras más preeminentes del Romanticismo alemán. Su música, aclamada por su capacidad para amalgamar la tradición clásica con la emotividad romántica, destaca por un equilibrio profundo y sofisticado. Brahms se distinguió por su dominio excepcional de la forma y la estructura musical, especialmente en sus sinfonías, donde integró con maestría técnicas contrapuntísticas clásicas y un lenguaje armónico rico en matices. Su enfoque melódico, caracterizado por la creación de líneas temáticas tanto líricas como rítmicamente vigorosas, ofrece una complejidad emocional que continúa cautivando a los oyentes más exigentes.

Brahms desarrolló su obra en una época marcada por profundas transiciones políticas y sociales en Europa durante el siglo XIX. Profundamente influenciado por Beethoven, a quien veneraba como un modelo a seguir, Brahms fue percibido como un continuador de la gran tradición clásica. Sin embargo, su carrera se desarrolló en un entorno musical donde corrientes más radicales, representadas por figuras como Richard Wagner y Franz Liszt, comenzaban a ganar terreno. Pese a estos desafíos, Brahms se mantuvo fiel a las formas clásicas, lo que le valió la admiración de los círculos conservadores de su tiempo. Su obra, vista como una síntesis entre la tradición y la innovación, sirvió como un puente crucial entre el clasicismo y el romanticismo tardío.

El legado de Johannes Brahms es inmenso y trasciende ampliamente su propia época. Como compositor prolífico, su música sigue siendo interpretada y admirada en los escenarios más prestigiosos del mundo. Brahms es frecuentemente mencionado como uno de los "Tres Grandes B" de la música clásica, junto a Johann Sebastian Bach y Ludwig van Beethoven. Su obra no solo consolidó la tradición sinfónica alemana, sino que también abrió nuevas posibilidades en la música de cámara y en el repertorio vocal, influyendo profundamente en generaciones posteriores de compositores y músicos.

Entre algunas de sus composiciones más destacadas se encuentran:

  • Sinfonía núm. 1 en do menor, Op. 68 (1876): Considerada por muchos como la "Décima Sinfonía" de Beethoven, esta obra representa una síntesis magistral de tradición y originalidad.

  • Concierto para violín en re mayor, Op. 77 (1878): Una de las obras fundamentales del repertorio violinístico, conocida por su virtuosismo y su profunda carga emocional.

  • Un Réquiem Alemán, Op. 45 (1868): Una obra coral monumental que ofrece consuelo y esperanza, basada en textos bíblicos seleccionados por el propio Brahms.

Johannes Brahms: Concierto para Violín en Re Mayor, Op. 77.

El Concierto para Violín en Re Mayor, Op. 77 de Johannes Brahms es una obra maestra dentro del repertorio violinístico y sinfónico. Compuesto en 1878, este concierto se distingue por su profundidad emocional, complejidad técnica y su hábil integración entre el solista y la orquesta. A diferencia de muchos conciertos para violín de su tiempo, donde el solista era la figura dominante, Brahms logra una verdadera colaboración entre el violín y la orquesta, creando un diálogo musical equilibrado y sofisticado.

El concierto se caracteriza por su rica textura orquestal, donde el compositor emplea una estructura sinfónica sólida, mientras que el solista enfrenta desafíos técnicos formidables. Las líneas melódicas del violín son, a la vez, virtuosas y líricas, reflejando el estilo melódico característico de Brahms. A través de sus tres movimientos, la obra transita desde la nobleza y serenidad hasta la pasión y la alegría, ofreciendo una gama completa de emociones que mantienen al oyente en un estado de expectación constante.

El concierto fue compuesto durante un período en el que Brahms estaba consolidando su reputación como uno de los grandes sinfonistas de su tiempo. A mediados de la década de 1870, Brahms se encontraba en un momento clave de su carrera, habiendo completado su Primera Sinfonía y varias otras obras importantes. El concierto fue escrito para su amigo cercano, el violinista Joseph Joachim, uno de los más destacados violinistas del siglo XIX, quien también colaboró con Brahms en la edición y revisión del trabajo.

Este concierto fue concebido en un contexto donde la música alemana estaba bajo la influencia de figuras como Wagner y Liszt, quienes abogaban por la "música del futuro" con un enfoque más libre y programático. Brahms, por el contrario, se mantuvo fiel a las formas clásicas y al rigor estructural, aunque su música nunca careció de expresividad emocional. En este sentido, el Concierto para Violín puede ser visto como una reafirmación de los valores clásicos dentro del marco romántico, uniendo la técnica y la emoción en un todo cohesivo.

El estreno del Concierto para Violín en Re Mayor, Op. 77 tuvo lugar el 1 de enero de 1879 en Leipzig. El solista fue Joseph Joachim, a quien Brahms había dedicado la obra. La dirección orquestal estuvo a cargo del propio Johannes Brahms, dirigiendo la Orquesta Gewandhaus de Leipzig. Aunque el concierto no fue inmediatamente bien recibido por todos los críticos, con algunos considerando la obra demasiado compleja y "no lo suficientemente virtuosa" para el solista, con el tiempo ha llegado a ser considerada una de las grandes contribuciones al repertorio para violín.

Descripción de Cada Movimiento

  1. Primer Movimiento: Allegro non troppo. El primer movimiento es una obra majestuosa y expansiva, estructurada en forma de sonata. Comienza con una introducción orquestal poderosa que establece el tono del movimiento. El tema principal es noble y solemne, presentado por la orquesta antes de que el solista haga su entrada con un tema melódico que es, al mismo tiempo, lírico y expresivo. A lo largo del movimiento, Brahms juega con el diálogo entre el solista y la orquesta, desarrollando los temas con una complejidad que es característica de su estilo. La cadenza para violín, situada antes de la recapitulación, es uno de los momentos más destacados del concierto, donde el solista muestra su virtuosismo técnico y capacidad expresiva. La orquesta vuelve a unirse para cerrar el movimiento con una recapitulación que refuerza los temas principales, llevando a una conclusión poderosa.

  2. Segundo Movimiento: Adagio. El segundo movimiento es un adagio lírico y contemplativo, que ofrece un contraste significativo con la energía del primer movimiento. Se inicia con una melodía cálida y serena presentada por el oboe, a la que pronto se une el violín solista con un tema que es a la vez melódico y lleno de nostalgia. Este movimiento se caracteriza por su lirismo y por la manera en que Brahms utiliza el violín para explorar una amplia gama de emociones, desde la introspección hasta la esperanza. La interacción entre el solista y la orquesta es suave y fluida, con una atención especial a la calidad del sonido y la textura. El movimiento concluye de manera suave, casi etérea, dejando una impresión de serenidad y calma.

  3. Tercer Movimiento: Allegro giocoso, ma non troppo vivace. El tercer movimiento es un rondó alegre y vibrante, que aporta un final optimista al concierto. Se inicia con un tema animado y rítmico presentado por el violín solista, que luego es recogido y desarrollado por la orquesta. Este tema principal se alterna con episodios contrastantes, en los que Brahms explora diferentes tonalidades y texturas. El movimiento es conocido por su carácter danzante y por la energía contagiosa que transmite. La estructura del rondó permite a Brahms mostrar la destreza técnica del solista, mientras mantiene una interacción constante con la orquesta. A medida que el movimiento avanza, la intensidad aumenta, llevando a un final triunfante que cierra la obra con un estallido de alegría y celebración.

El Concierto para Violín en Re Mayor, Op. 77 de Brahms es una de las obras más destacadas del repertorio para violín y orquesta. Su mezcla de virtuosismo técnico, profundidad emocional y maestría en la forma ha hecho que sea una pieza central en el repertorio de los grandes violinistas de todo el mundo. A lo largo de las décadas, este concierto ha sido interpretado y grabado por numerosos solistas de renombre, y sigue siendo una prueba de fuego para cualquier violinista que aspire a dominar el repertorio clásico.

La OFUNAM interpretó esta obra por primera vez el 30 de marzo de 1947 en el Palacio de Bellas Artes bajo la dirección de José Rocabruna e Higinio Ruvalcaba en la parte solista. La ocasión más reciente en que se interpretó fue el 23 y 24 de marzo de 2019 en la Sala Nezahualcóyotl bajo la dirección de Massimo Quarta y Sayaka Shoji como solista.

Notas: Roberto Smith

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Sylvain Gasançon, director titular

Originario de Metz, en Francia, Sylvain Gasançon comenzó el aprendizaje del violín y dio sus primeros conciertos a temprana edad. En el Conservatorio Real de Bruselas fue alumno de Endre Kleve. Estudió dirección con Jean-Sébastien Béreau, Gerhard Markson, Gianluigi Gelmetti, Pinchas Zukerman y Jorma Panula en Salzburgo, Siena, Ottawa, Lausanne y San Petersburgo. Cuenta con un título del Conservatorio Nacional Superior de Música de París, así como uno de maestría en musicología de la Universidad de París. Comenzó su relación con la Orquesta Filarmónica de la UNAM en 2005 cuando ganó la segunda edición del Premio Internacional Eduardo Mata de Dirección de Orquesta; desde entonces ha dirigido al conjunto universitario en repetidas ocasiones, y en 2023 fue nombrado director titular. En 2006 ganó el segundo lugar en el Concurso Internacional Jorma Panula en Finlandia. Entre las orquestas que ha dirigido se pueden mencionar la Orquesta Sinfónica Portuguesa, la Filarmónica de Magdeburgo, la Sinfonia Rotterdam, la Filarmónica de Hong Kong, la Filarmónica de Buenos Aires, la Orquesta del Estado de São Paulo y las orquestas sinfónicas nacionales de Argentina, Chile, Colombia y México.

Fotografía: DGM. Paola Flores

Leonidas Kavakos, violín

Nacido y criado en una familia de músicos en Atenas, Leonidas Kavakos ha sido solista con numerosas orquestas, como la Orquesta Filarmónica de Berlín, la Orquesta de Gewandhaus de Leipzig, la Staatskapelle de Dresde, la Sinfónica de la Radiodifusión de Baviera, la Orquesta de la Radio del Norte de Alemania en Hamburgo, la Filarmónica de Múnich, la Staatskapelle de Berlín en Alemania; la Filarmónica de Viena en Austria; la Sinfónica de Shanghái y la Filarmónica de China; la Sinfónica de Boston, la Sinfónica de Chicago y la Sinfónica de San Francisco en Estados Unidos; la Filarmónica de Radio Francia; la Orquesta del Festival de Budapest en Hugría; la Academia Nacional de Santa Cecilia y la Filarmónica della Scala en Italia; la Sinfónica de Bergen en Noruega; la Orquesta Real del Concertgebouw de Ámsterdam en los Países Bajos; la Sinfónica de Londres en Reino Unido; entre muchas otras. Ha actuado bajo la batuta de Riccardo Muti, Esa-Pekka Salonen y otros directores. En años recientes ha incursionado en la dirección, con actuaciones al frente de la Filarmónica de Nueva York, la Sinfónica de la Radiodifusión de Baviera, la Sinfónica de Dallas, la Sinfónica de Viena, la Filarmónica de Radio Francia, la Orquesta de Cámara de Europa, la Orquesta de la Academia Nacional de Santa Cecilia, la Filarmónica della Scala, la Sinfónica Nacional de Dinamarca, la Filarmónica de Israel y la Filarmónica de Londres. Regularmente interpreta música de cámara con Emanuel Ax y Yo-Yo Ma, con quienes realizó dos discos con arreglos para trío de sinfonías de Beethoven. También grabó la parte solista y dirigió a la Sinfónica de la Radio de Baviera en el Concierto para violín de Beethoven. Se reeditó su grabación de 2007 de las Sonatas completas de Beethoven con Enrico Pace, por la cual fue nombrado Instrumentista del Año por Echo Klassik. En 2022 se publicó un álbum con las partitas y sonatas de Bach. Fue nombrado Artista del Año por la revista Gramophone. Cada año organiza una clase magistral de violín y música de cámara en Atenas, que atrae a violinistas y conjuntos de todo el mundo. Toca el violín Stradivarius Willemotte de 1734. Kavakos es artista exclusivo de Sony Classics.

Fotografía de: Marco Borggreve

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